Existen otras variantes de actividades para ejercitar lo músculos de la cara como pueden ser el Yoga Facial, los Estiramientos Faciales, los Masajes Faciales, etc. Todas estas actividades pueden ayudar en cierta manera, incluso pueden ofrecer acciones de complemento y apoyo, pero no será de lo que voy a tratar en este artículo, lo expondré claramente en otro dedicado a ello más adelante. Tampoco es cuestión de gesticular exageradamente, forzar muecas y expresiones faciales o estar todo el día riéndote, creo que estas últimas acciones sirven de bien poco a la hora de mejorar la forma o el aspecto facial.
Aparte de que la Gimnasia Facial es aún una actividad bastante desconocida por el público en general, las diferentes definiciones atribuidas contribuyen todavía más a crear cierta confusión y a mezclarlo todo.
Se trata de ejercitar la musculatura de la cara, cabeza y cuello, creando una serie de resistencias adecuadas con los dedos, sabiendo donde y como posicionarlos. No tiene nada de metafísico ni de esotérico, es totalmente científico y lógico. Como ya he mencionado anteriormente, aún hay mucho desconocimiento sobre el tema. Este tipo de actividad ni llega a producir más arrugas, ni a deformar el aspecto de la cara, como algunos podrían o han llegado a pensar o decir. Ocurre todo lo contrario, al igual que ocurre cuando ejercitamos cualquier otra parte de nuestro cuerpo, siempre se mejora, en condición física y en aspecto estético.
La tonificación o gimnasia facial es el aprendizaje de una serie de ejercicios adecuados para ejercitar cada uno de los grupos musculares existentes de la cara, cabeza y cuello. No son demasiado complicados una vez asimilados. Pero se requiere de cierta práctica y de la técnica adecuada, sobre todo en alguno de ellos. De esta forma, podremos disfrutar y mantener las características de la juventud y retardar al máximo los síntomas del envejecimiento de esta zona. Pueden existir técnicas y de hecho las hay que nos ayuden a mejorar el aspecto físico de un rostro, como la cirugía estética, múltiples y diferentes tratamientos estéticos, infinidad de cremas y productos de cosmética, etc. Todos estos métodos actúan básicamente a nivel superficial, solamente sobre la piel, sus efectos no actúan en la totalidad y profundidad muscular, no hay mejoras en la biología de los músculos ni beneficios para el sistema circulatorio. En mi opinión el problema principal asociado a la edad, está en la flacidez y la destonificación muscular, este importante inconveniente no queda resuelto por ninguno de los remedios estéticos tradicionales, pueden ayudar en ciertos aspectos, pero ninguno de ellos obligan a una movilización voluntaria de la musculatura, no existen movimientos de flexión y extensión similares a cuando ejercitamos los músculos de cualquier otra parte del cuerpo. Los tratamientos estéticos son válidos, cuando son ellos los que acompañan a la actividad física. El sedentarismo, la inmovilidad y la inactividad favorecen la aparición de flacidez, debilidad y caída general de los tejidos, la ausencia de firmeza y del tono muscular en el rostro persistirá a pesar de estirar la piel quirúrgicamente, recurrir a infiltraciones o ponerse todas las cremas del mundo. Por el contrario el movimiento y la actividad generan vitalidad, tonificación y firmeza, aspectos obligatoriamente e intrínsecamente ligados a las personas jóvenes.
SEDENTARISMO INACTIVIDAD = FLACIDEZ, DEBILIDAD y CAÍDA de los MÚSCULOS
El objetivo fundamental y más significativo es intentar lograr la tonificación muscular. Tonificar un músculo quiere decir que seremos capaces de mejorar su comportamiento y aspecto, alcanzaremos una mejor respuesta a la actividad física y conseguiremos de paso una mejora estética (esto lo sabe cualquier persona que se ejercite regularmente).
La tonificación conlleva una ganancia de cierto volumen muscular (factor relacionado con la intensidad de trabajo)
y una mejora del aspecto de la piel asociado a este, perdiendo flacidez y ganando en firmeza muscular y tersura cutánea.
Vamos a detenernos por un momento, para analizar la posibilidad de que podamos obtener ganancias en el volumen muscular. Si las capas inferiores de la piel están íntimamente en contacto y adheridas a la musculatura, cualquier reacción de ésta, influirá y afectará directamente sobre todas las capas del tejido cutáneo.
Una arruga no es tal hasta que la flacidez muscular la marca con cierto dramatismo. Es la falta de firmeza lo que delata primordialmente el aspecto envejecido de la piel (de ella ya hablaremos más adelante). Uno puede tener arrugas, de hecho hay gente joven que tiene arrugas, incluso antes de los treinta años, pero a pesar de todo siguen manteniendo su aspecto juvenil, ya que lo que realmente revela la edad de la persona no es primordialmente sus arrugas, sino más que cualquier otro factor es la falta de tersura y firmeza muscular. Pensad en los abdominales, en los glúteos o en los brazos. Al cabo de los años acaba ocurriendo esto, que el rostro pierde la apariencia de lozanía porque cae la musculatura y la flacidez propicia y exagera la aparición de las arrugas, es la combinación de estos dos factores lo que nos lleva inevitablemente a reflejar un aspecto envejecido.
Para la realización de los ejercicios faciales solo vamos a necesitar nuestras manos y cierta constancia. Esta constancia durante el primer mes será casi diaria y después podremos ir espaciando su práctica a por ejemplo 3 días a la semana. Las manos las utilizaremos a modo de resistencias, algo similar a lo que ponemos en práctica cuando ejercitamos cualquier otra parte del cuerpo con pesas, lo que aquí ocurrirá será que seremos nosotros mismos los que ofreceremos la resistencia adecuada, por medio de la correcta colocación de las manos y dedos en la zona a tratar.
Alberto Gutiérrez
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